Encantador apartamento familiar situado en la ciudad, en el que tuvimos el placer de trabajar renovando el mobiliario. La vivienda, compuesta por cuatro habitaciones y dos baños, se transformó por completo gracias a la colocación de un nuevo suelo de parquet, que aporta calidez, elegancia y una continuidad visual que conecta todos los espacios. Uno de los puntos clave del proyecto fue la redistribución, pensada para ganar funcionalidad y fluidez en el día a día. A ello se suma una cuidada selección de mobiliario, con piezas de líneas limpias y atemporales, que aportan serenidad y personalidad a cada estancia. La intervención también incluyó un lavado de cara integral, con mejoras estéticas y prácticas como la instalación de persianas mallorquinas, la renovación de las terrazas y otros detalles que marcan la diferencia y realzan el carácter de la vivienda. El resultado es un hogar luminoso, acogedor y funcional, pensado para disfrutar en familia y adaptado al ritmo de vida contemporáneo sin renunciar al encanto de siempre.