Ubicado a pocos pasos del mar, este apartamento fue diseñado con el objetivo de convertirse en un refugio funcional y sereno para una pareja joven. El proyecto se articuló desde una base de estilo nórdico, cálido y minimalista, apostando por materiales naturales y una distribución diáfana que aprovechara al máximo la luz natural. El corazón de la vivienda es la cocina abierta, conectada al salón a través de una isla que favorece la vida en común, que aunque es pequeña, es funcional. Se optó por mobiliario de líneas limpias y tonos suaves, que mantiene una coherencia estética en todo el espacio. La selección de piezas combina diseño contemporáneo con elementos de madera natural, textiles en blanco roto, beige y gris piedra, y una iluminación cálida y puntual que refuerza la atmósfera acogedora. El suelo de roble natural actúa como hilo conductor, aportando continuidad y calidez a todo el conjunto. En el dormitorio, una pintura en verde claro enmarca la habitación como dormitorio principal, introduciendo un sutil guiño mediterráneo que aporta frescura y personalidad. La ropa de cama en tonos neutros y los textiles de lino completan el conjunto con sobriedad y elegancia. Un apartamento que transmite equilibrio, funcionalidad y calma. Un espacio donde cada detalle invita a quedarse.